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Cuando Paul Volcker llegó a la cabeza de la Reserva Federal, la inflación en EE UU superaba el 10% con picos cercanos al 25% en los precios de la energía. Su solución fue conocida como el Volcker Shock y consistió en restringir la oferta monetaria de forma drástica, aumentando los tipos de interés hasta niveles del 19%. Esto depuró las malas inversiones, aceleró el ajuste y pinchó los excesos de la economía estadounidense. Medicina monetaria amarga pero exitosa, ya que los precios bajaron notablemente desde entonces.

Su sucesor, Alan Greenspan, había sido un ferviente defensor del patrón oro en sus años de juventud. De hecho, el Maestro fue colaborador de Ayn Rand, firmando textos y ensayos para los libros de no ficción de la icónica filósofa objetivista.

Con el tiempo, Greenspan acabó convirtiéndose en máximo mandatario de la Fed. Su respuesta a cualquier crisis fue siempre la contraria que la de Volcker: Greenspan prefería aumentar la liquidez para evitar las correcciones económicas. Lo llamaban el Greenspan Put y durante años sirvió para moderar las fluctuaciones (no en vano, se habla de su tiempo al frente de la Fed como la Gran Moderación). El problema de retrasar los ajustes a base de suministrar dinero cada vez más barato es que Greenspan acabó sumiendo a EE UU en la madre de todas las burbujas: sector público y privado se sobredimensionaron al calor de la montaña rusa que fueron las hipotecas subprime.

Engañoso cortoplacismo

Su sucesor Ben Bernanke se encargó de hacer el resto, consolidando el cheap money y llevando los tipos de interés a mínimos históricos, apuesta que acompañó con la monetización de deuda pública y privada por la vía de la expansión del balance de la Fed (el famoso Quantitative Easing). Bernanke ha tenido éxito a la hora de crear un efecto riqueza que podemos ver en los precios del mercado inmobiliario o la evolución de los índices bursátiles. No obstante, hablamos una vez más de una medida positiva a corto plazo pero negativa a largo plazo. El tiempo mostrará que Bernanke solamente ha conseguido retrasar ajustes y engrandecer problemas… pero su sustituta, Yanet Yellen, parece dispuesta a seguir sus pasos.

Pero olvidémonos de Bernanke y de Yellen y volvamos a Greenspan. Está de actualidad por su nuevo libro, El mapa y el territorio, con el que habla de “riesgo, naturaleza humana y el futuro de las predicciones”. La verdad es que su presencia pública sigue siendo relevante: se le puede ver en numerosas cenas y ceremonias, codeándose con las élites políticas y financieras del país que, según muchos, fue condenado a la Gran Recesión por su mala gestión al frente de la Fed.

 

Fuente:http://www.intereconomia.com/noticias-negocios/claves/vuelve-greenspan-prestidigitador-20131025