Qué duda cabe que la principal característica de la que puede presumir el agua mineral natural es la gran pureza que presenta la misma, pureza que viene determinada principalmente por la profundidad a la que se adquiere el agua. Es muy común que el agua, cuanto más superficial, mayor contaminación y mayor número de microbios puede contener, algo que va reduciéndose cuanto mayor sea la profundidad. De modo que se puede afirmar que el agua mineral natural es agua bacteriológicamente sana.
Agua mineral natural no hace referencia única y exclusivamente a aquellas aguas ricas en sales y minerales, sino que disponen de otras propiedades que las hacen únicas, propiedades esenciales imposibles de crear de manera artificial, de modo que garantizan una calidad realmente sorprendente.
Obtenida de manantiales naturales, el agua mineral debe gozar de una alta calidad, un agua limpia, fresca y que no presente ningún tipo de defecto, y para lograr que estas características se mantengan perfectamente es importante que el agua mineral natural embotellada sea almacenada en perfectas condiciones, siendo protegidos de olores agresivos y rayos solares que puedan repercutir negativamente en su sabor.
A la hora de adquirir cualquier tipo de agua mineral embotella es muy importante fijarse en la etiqueta, debiendo controlar que los niveles de sodio, sulfatos, nitratos, flúor y potasio sean los correctos y no superen los niveles máximos. En la actualidad, existen infinidad de aguas minerales naturales en el mercado, y la clave se encuentra principalmente en saber elegir aquella que mejor puede satisfacer las necesidades del organismo.
De hecho, el aumento del consumo del agua no para de crecer, ya que cada día tiene una mayor aceptación en la población debido a sus excelentes propiedades, de ahí el importante crecimiento que ha sufrido la empresa de Agua Eden, una empresa que lleva años ofreciendo un agua mineral de primer nivel tanto a empresas como a particulares.
